El autoconcepto consiste en el conjunto de opiniones,
hipótesis e ideas que individuo tiene sobre sí mismo. Este conjunto de
percepciones del individuo; independientemente de que sean falsas o ciertas,
objetivas o subjetivas, le permiten describirse a sí mismo. Por su parte la
autoestima tiene un carácter valorativo. Es decir, se refiere a las actitudes
del individuo hacia el conjunto de características que posee. Y la autoimagen es como creemos que nos ven
los demás, y se ve afectada por opiniones externas en mayor medida que las
anteriores. La autoimagen se compone de tres factores: cómo nos vemos a nosotros
mismos (autoconcepto), cómo nos ven los demás (factor que puede afectar a
nuestra autoestima) y por nuestra personalidad.
De estos conceptos depende en gran medida lo que creemos que podemos o no podemos hacer y ahí es donde
entra el efecto Pigmalión. Algunas veces consideramos que vamos a ser incapaces
de conseguir cierto objetivo, esta consideración conlleva consigo escusas e
impedimentos y al final somos incapaces puesto que en un primer lugar ni nosotros
creímos que podíamos.
El efecto Pigmalión tiene su procedencia en la mitología
griega. Un escultor llamado Pigmalión se enamoró perdidamente de una de sus
obras: Galatea. Pigmalión actuaba como
que la escultura era una mujer real y constituía su mujer soñada. Afrodita al
observar tan increíble amor, concedió la vida a Galatea. En definitiva, el
efecto Pigmalión se basa en el poder del pensamiento. Consideramos dos
vertientes:
- Un individuo consigue lo que se proponía previamente a causa de la creencia de que puede conseguirlo.
- Las expectativas y previsiones de profesores, padres o entrenadores en la forma en la que se comportarán alumnos, hijos o chicos; determinan precisamente las conductas que los anteriores esperaban.
En los años
sesenta Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron una prueba en torno a
este efecto en una escuela californiana. Se efectuó un test a los alumnos de
primer y sexto grado. Independientemente de los resultados se seleccionaron al
azar una serie de alumnos y se les comentó a sus profesores que estos estaban dotados
de una alta capacidad intelectual cuyo desarrollo sería enorme durante el
próximo año. Los profesores no debían comentar nada a los alumnos ni a sus familias
y así comenzó el estudio que tomaba a los profesores como cobayas del
experimento. Estaba designado para comprobar si aquellos chicos respecto a los
que los profesores tenían mayores expectativas terminarían mostrando un mayor
crecimiento intelectual que el resto de los chicos del grupo de control cuando
se les evaluase aproximadamente a los cinco, ocho y veinte meses posteriores. Al
final del periodo se realizó otro test y algunos delos estudiantes señalados
como de gran potencial (seleccionados al azar), mostraron unos resultados en
los test de inteligencia evaluativos superiores a los que se hubiese esperado
de ellos sin la intervención realizada. Casi el 50% de los alumnos de los que se esperaba un
crecimiento superior al resto ganaron veinte o más puntos en coeficiente de
inteligencia, mientras que únicamente el 19% de los estudiantes que no habían
entrado en la lista ganaron veinte o más puntos. Por tanto, este experimento nos
muestra cómo las expectativas del
profesor sobre el alumno pueden condicionar su comportamiento hacia él y
afectar su evolución académica.
Fuentes:
http://aprendiendoajugar.com/portal/inicio/44-educacion-fisica/117-el-efecto-pigmalion-en-el-ambito-educativo-.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmali%C3%B3n
https://orientacionandujar.files.wordpress.com/2010/09/yo-autoestima-y-autoconcepto.pdf
http://psicologiamotivacional.com/efecto-pigmalion-como-lo-que-pensamos-nos-afecta/
http://psicologiamotivacional.com/el-autoconcepto-y-la-autoestima/