sábado, 19 de marzo de 2016

El autoconcepto, la autoestima y el efecto Pigmalión


  El autoconcepto consiste en el conjunto de opiniones, hipótesis e ideas que individuo tiene sobre sí mismo. Este conjunto de percepciones del individuo; independientemente de que sean falsas o ciertas, objetivas o subjetivas, le permiten describirse a sí mismo. Por su parte la autoestima tiene un carácter valorativo. Es decir, se refiere a las actitudes del individuo hacia el conjunto de características que posee.  Y la autoimagen es como creemos que nos ven los demás, y se ve afectada por opiniones externas en mayor medida que las anteriores. La autoimagen se compone de tres factores: cómo nos vemos a nosotros mismos (autoconcepto), cómo nos ven los demás (factor que puede afectar a nuestra autoestima) y por nuestra personalidad.

Querer ser otra persona es malgastar la persona que eres- Marilyn Monroe.

  De estos conceptos depende en gran medida lo que creemos que  podemos o no podemos hacer y ahí es donde entra el efecto Pigmalión. Algunas veces consideramos que vamos a ser incapaces de conseguir cierto objetivo, esta consideración conlleva consigo escusas e impedimentos y al final somos incapaces puesto que en un primer lugar ni nosotros creímos que podíamos. 
  El efecto Pigmalión tiene su procedencia en la mitología griega. Un escultor llamado Pigmalión se enamoró perdidamente de una de sus obras: Galatea.  Pigmalión actuaba como que la escultura era una mujer real y constituía su mujer soñada. Afrodita al observar tan increíble amor, concedió la vida a Galatea. En definitiva, el efecto Pigmalión se basa en el poder del pensamiento. Consideramos dos vertientes:
  • Un individuo consigue lo que se proponía previamente a causa de la creencia de que puede conseguirlo.
  •  Las expectativas y previsiones de profesores, padres o entrenadores en la forma en la que se comportarán alumnos, hijos o chicos; determinan precisamente las conductas que los anteriores esperaban.

 Experimento Rosenthal-Jacobson 


  En los años sesenta Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron una prueba en torno a este efecto en una escuela californiana. Se efectuó un test a los alumnos de primer y sexto grado. Independientemente de los resultados se seleccionaron al azar una serie de alumnos y se les comentó a sus profesores que estos estaban dotados de una alta capacidad intelectual cuyo desarrollo sería enorme durante el próximo año. Los profesores no debían comentar nada a los alumnos ni a sus familias y así comenzó el estudio que tomaba a los profesores como cobayas del experimento. Estaba designado para comprobar si aquellos chicos respecto a los que los profesores tenían mayores expectativas terminarían mostrando un mayor crecimiento intelectual que el resto de los chicos del grupo de control cuando se les evaluase aproximadamente a los cinco, ocho y veinte meses posteriores. Al final del periodo se realizó otro test y algunos delos estudiantes señalados como de gran potencial (seleccionados al azar), mostraron unos resultados en los test de inteligencia evaluativos superiores a los que se hubiese esperado de ellos sin la intervención realizada. Casi el 50%  de los alumnos de los que se esperaba un crecimiento superior al resto ganaron veinte o más puntos en coeficiente de inteligencia, mientras que únicamente el 19% de los estudiantes que no habían entrado en la lista ganaron veinte o más puntos. Por tanto, este experimento nos muestra cómo las expectativas del profesor sobre el alumno pueden condicionar su comportamiento hacia él y afectar su evolución académica.


Fuentes:
http://aprendiendoajugar.com/portal/inicio/44-educacion-fisica/117-el-efecto-pigmalion-en-el-ambito-educativo-.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Pigmali%C3%B3n
https://orientacionandujar.files.wordpress.com/2010/09/yo-autoestima-y-autoconcepto.pdf
http://psicologiamotivacional.com/efecto-pigmalion-como-lo-que-pensamos-nos-afecta/
http://psicologiamotivacional.com/el-autoconcepto-y-la-autoestima/