martes, 9 de mayo de 2017

La locura de hoy será la fuerza y el progreso de mañana.

¿Qué es lo que pasa cuando se generaliza designando a todos los jóvenes con comentarios como "Es que estos chicos de hoy en día..." o "¡Vaya generación!"?

 Durante estos últimos años, no ha sido poco frecuente ver artículos o noticias que revelan y resaltan elevados índices de consumo de drogas, accidentes de tráfico en los que hay adolescentes involucrados o encuestas que señalan el incremento de la despreocupación por la política. Si cualquiera intentase achacar todas estas circunstancias a un solo factor probablemente se equivocase pues de ninguna forma algo tan serio y grande puede tener una sola causa. Ahora bien, voy a permitirme especular acerca de este asunto y exponer de dónde pienso que puede venir todo esto.

Desde mi punto de vista, el lugar de partida es que existen dos ideas distribuidas entre toda la población, 'los jóvenes son el futuro por lo que deben prometer' y 'los jóvenes no son suficientemente buenos' o dicho de otra forma, se tienen muchas expectativas sobre nosotros y a la vez se tienen muy pocas. Por un lado vamos a hablar de la sobrevaloración. ¿Qué es un 'Hikikomori'? Éste es el término que se utiliza actualmente en Japón para designar a los estudiantes que abandonan la escuela y se refugian en sus habitaciones. Se estima que hay actualmente más de 130.000 abandonos escolares en Japón.  Hay varias razones para el rechazo de la escuela, podríamos apuntar, por ejemplo, el acoso escolar. Sin embargo, se sabe que tan solo entre el 10 y el 20% de niños abandonan la escuela por esa razón. ¿Y qué pasa con el resto? Es bien conocido que los alumnos japoneses están sometidos a una gran presión y sufren mucha tensión desde edades muy tempranas. Podemos decir que en esta sociedad solo hay un camino correcto, una decisión permitida: los niños y adolescentes van a la escuela durante largas jornadas en las que la participación es mínima (se fomenta exclusivamente la memoria, no la creatividad) para aprobar los exámenes decisivos. Esto es todo. No hay vida más allá. Cabe incluso mencionar que hasta hace unos pocos años, el fracaso escolar era considerado como un desorden y aunque el pensamiento evoluciona, aun se considera como un símbolo de debilidad y vergüenza para la familia. Todo esto nos puede sonar muy lejano pero si es así, estamos equivocados porque perfectamente lo podemos extender a las sociedades occidentales en las que el intento de crear 'librepensadores' (como decía Savater) no interesa. Este sistema fundamentalmente parece dar lugar a dos tipos de personas: las que son capaces de adaptarse y comienzan a actuar como si estuvieran vacías para poder sobrellevar la situación o  las que son incapaces de mantener esa presión y deciden abandonar sus estudios y aislarse del mundo real. 

Hasta aquí todo claro ¿no?, pero ¿qué quería decir al principio cuando mencioné también la infravaloración? Pues bien, es verdad que se espera mucho de nosotros, sí, se espera que nos convirtamos en máquinas que sean capaces de ejecutar su trabajo de manera excepcional, sin ningún tipo de conciencia crítica. Esto es lo mucho que se espera. Por eso, también podemos decir que en numerosas ocasiones se nos infravalora. Cuando un joven aparece con una idea, tiende a despreciarse antes de ser siquiera escuchada. Casi me voy a permitir hablar de 'discriminación por inexperiencia', es decir, lo mismo que ocurre cuando un recién acabado de carrera va a una entrevista de empleo con una buena preparación y le echan para atrás porque no ha trabajado en nada previamente, vamos, porque no tiene experiencia. ¿Que no haya sido contratado antes significa que vaya a desempeñar peor su cometido? ¿Implica el hecho de ser jóvenes que nuestras ideas no sean lo suficientemente buenas? Para que las personas quieran seguir pensando deben ser motivadas de alguna forma y si sienten que no son escuchadas podrían dejar de hacerlo. Por eso es tan importante que los jóvenes vean que sus proyectos, si son buenos, son ejecutados y no se los lleva el viento. Para evitar que tratemos de llamar la atención de cualquier otra forma, se debe comprender que más allá de nuestra apariencia y edad podemos ser innovadores, e incluso algunos, genios. No debemos olvidar que muchas de las personalidades que cambiaron el rumbo de la historia fueron tomadas por locas en un principio, por eso el hecho de que seamos 'locos' no tiene por qué significar de antemano algo negativo.


Páginas consultadas:
  • http://www.javiermiravalles.es/Hikikomori/Sistema%20escolar%20y%20rechazo%20de%20la%20escuela%20en%20Japon%20Futoukou.html
  • http://www.mdzol.com/carta-lector/43110-los-adultos-deberian-confiar-mas-en-nosotros-los-jovenes/

martes, 11 de abril de 2017

La teoría sueca del amor

La teoría sueca del amor es un documental de Erick Gandini en el que se muestra a través de algunas personas que forman este país que el hecho de vivir en una sociedad increíblemente avanzada y eficiente no es sinónimo de felicidad.

En la década de los 70, un grupo de políticos llegó con la idea de formar una sociedad en la que las personas fuesen completamente libres, es decir, donde no existiesen ataduras ni dependencias  de ningún tipo con otros seres humanos. De esta forma se conseguiría llegar a que las relaciones humanas fuesen auténticas pues para ello deben partir (supuestamente) de la independencia entre las personas.

La creencia en la individualidad ha marcado el mundo occidental desde hace tiempo y son los suecos los que han sido capaces de transformar la creencia en realidad. El hecho de que se trate de un país con un desarrollo económico satisfactorio permite que los individuos puedan dedicar la mayor parte de sus preocupaciones a la realización personal.

¿Llegados a este punto no suena tan mal, no? Pues bien, el problema está en que en algún momento, el objetivo con el que se inició la idea se perdió del punto de mira y las personas perdieron el interés por interactuar unas con otras, se encerraron en sí mismas y decidieron evitar el contacto humano que no suponga nada para su proyecto como individuos.

En el documental, se expone que la mitad de los suecos viven solos y que un cuarto de ellos mueren sin nadie e incluso pueden pasar semanas, meses y años hasta que alguien se da cuenta de que una persona ha fallecido. Para encontrar en Suecia afecto, contacto y cariño de otras personas, el documental solo es capaz de remitirnos a una especie de grupo ‘hippie’ que solo en ellos mismos han encontrado colectividad ya que el resto está demasiado refugiado en sí mismo. Lo que con esto se pretende señalar es que la posibilidad de estar con otros ha quedado reducida a mínimos.

Como contraposición al país escandinavo tenemos a Etiopía. Un cirujano que trabajó 30 años en el norte y posteriormente se trasladó explica que en África las personas nunca están solas, sus familias y amigos están siempre alrededor. Anteriormente, sus compañeros le decían que no tenía nada que aprender, sin embargo, no era cierto pues tuvo que ser enormemente innovador en cuanto a equipo y técnicas. Él mismo nos dice ‘La necesidad espiritual en Suecia es incluso mayor que la necesidad material aquí’.

En conclusión y tal como expone el sociólogo polaco Bauman, al final de la independencia no se encuentra la felicidad sino un vacío, una vida sin sentido y un increíble aburrimiento. La felicidad no consiste en no tener problemas, sino en superar los retos que se nos presentan y cuando el confort crece la posibilidad de superarlos se reduce. Una vida segura y fácil  puede terminar convirtiéndose en una existencia vacía pues a medida que la independencia aumenta porque tenemos provisiones para estar alejados del hambre, la miseria y la pobreza, las capacidades para relacionarse con los demás decrecen. ¿Estamos dispuestos a sacrificar la convivencia con los otros y en definitiva la felicidad a manos del progreso y la vida sencilla?

sábado, 25 de febrero de 2017

George Berkeley y el inmaterialismo

Berkeley nació el 12 de marzo 1685 en Dysert Castle, Irlanda. Estudió en el Trinity College de Dublín y se convirtió profesor en 1707. En 1710 publicó Tratado sobre los principios del conocimiento humano y al no convencer a la gente con su teoría, publicó tres años después una versión más popular, Los tres diálogos entre Hylas y Philonus. En 1728 se traslada a Estados Unidos donde contribuyó al desarrollo de las universidades de Yale y Columbia y otras numerosas escuelas. En 1734 fue nombrado obispo de Cloyne y permaneció allí hasta su retiro. George Berkeley falleció el 14 de enero de 1753 en Oxford. Se le suele considerar como el autor situado entre John Locke y David Hume, tanto cronológicamente como en cuanto al desarrollo de los principios teóricos del empirismo.

Se puede resumir toda la filosofía del obispo Berkeley en la afirmación: "esse est aut percipi aut percipere", lo que quiere decir "ser es ser percibido o percibir". A continuación, voy a intentar explicar brevemente lo que este filósofo nos quiere decir.

Berkeley comienza negando la existencia de ideas generales abstractas, pues incluso nuestras ideas generales son particulares y concretas. El conocimiento humano es conocimiento de ideas, sí, pero de ideas específicas. Por ejemplo, no se puede concebir la idea de un hombre que no sea ni moreno ni rubio, ni alto ni bajo, ni blanco ni negro, ni gordo ni delgado; o la idea de un día en el que el tiempo no sea soleado, lluvioso o nublado; o la idea de un trapecio que no sea rectángulo, escaleno ni isósceles; o la idea de un color indeterminado. Pues bien, ya que la idea de materia es un intento de reunir bajo una palabra lo que supuestamente tendrían en común todos los objetos físicos carece de significación y es inaceptable.

Es, en verdad, una opinión que abunda de manera sorprendente entre los hombres que las casas, montañas, ríos y, en una palabra, todos los objetos sensibles, poseen una existencia natural o real, distinta al hecho de ser percibidas por el entendimiento. Sin embargo, por grande que sea la seguridad y la aquiescencia con que este principio es considerado en el mundo, quien piense que hay que ponerlo bajo sospecha puede, si no me equivoco, tener presente que incluye una contradicción manifiesta. Porque, ¿qué son los mencionados objetos sino cosas que percibimos a través de los sentidos? ¿Y qué percibimos además de nuestras propias ideas o sensaciones? ¿Y no es totalmente contradictorio que cualquiera de éstas o una combinación suya pueda existir sin ser percibida?

En este texto Berkeley defiende que afirmar la existencia absoluta de los objetos es una contradicción: los objetos sensibles sólo existen en tanto que son percibidos y mientras son percibidos. Dicho de otra forma, el mundo es dependiente de la mente que es inmaterial. Se considera a Berkeley como un realista metafísico, defiende la existencia de la realidad que es inmaterial, espiritual, y se halla conformada por espíritus. Los espíritus son las únicas sustancias que hay, mientras que las ideas sólo existen en cuanto a que son percibidas y causadas por los espíritus. Pero ¿qué son los espíritus y cómo sabemos que existen?

Entendemos los espíritus como una sustancia espiritual simple, indivisible, activa. Esta sustancia es llamada  «entendimiento» en tanto que percibe ideas, y «voluntad» en tanto que las produce o actúa sobre ellas.
Por otra parte, cada uno conoce su existencia, en tanto que espíritu, a través de un sentimiento interior o reflexión sobre su propia actividad mental.
Ahora bien Berkeley va a distinguir entre espíritus finitos y el espíritu infinito, Dios. Los espíritus finitos son pasivos por lo que respecta a la percepción ya que ésta no depende de su propia voluntad. Por el contrario, Dios, en cuyo caso percibir las ideas y el orden de las mismas es  igual que crear las ideas y su orden de sucesión, sería un absolutamente activo (característica del espíritu infinito).

Desde mi punto de vista, nos encontramos ante una postura muy peculiar e insólita. La tesis fundamental del empirismo afirma que el origen del conocimiento es la experiencia, por ello, que Berkeley esté tan seguro de la existencia de Dios me sorprende y me parece muy pretencioso. Al negar el mundo exterior necesita encontrar algo que sitúe las ideas en nuestra mente y decide que se trata de Dios. No obstante, carece de experimentación y de datos empíricos para, al menos, apoyar su teoría. A pesar de ello, el planteamiento de que ser es ser percibido me anima a la reflexión porque pienso en que si un meteorito cae en una galaxia muy lejana y nadie está allí para verlo ni tiene ningún efecto para nada, ¿realmente causa diferencia? Si queda fuera del entendimiento de una mente, y no causa sensación ni emoción, ¿puede existir? No digo que esté de acuerdo, solo digo que es interesante.

 Bibliografía:


jueves, 26 de enero de 2017

Blaise Pascal

Blaise Pascal nació en Clermont (Auvernia, Francia) el 19 de junio de 1623, cuando Descartes contaba con 27 años.  Su padre Etienne Pascal era un hombre de cultura y se encargó personalmente de su educación; su madre Antoinette Bégone murió cuando Pascal tenía cuatro años. Tuvo dos hermanas, Gilberte y Jaqueline, y ambas desempeñaron papeles esenciales en su vida.

Pascal fue un notable matemático y físico, pero también religioso y filósofo; hombre de ciencias y de letras, es una de las figuras más importantes del siglo XVII. Tenía 14 años cuando fue admitido en las discusiones científicas semanales dirigidas por Mersenne, de las cuales nació la Academia Francesa de Ciencias y donde se pone en contacto con Descartes. En 1640, con 16 años, publica Essai sur les coniques donde expone el “Teorema de Pascal”. Entre otras de sus aportaciones al campo de las matemáticas, se encuentra la creación de la primera máquina para realizar operaciones aritméticas que asentaría las bases para el desarrollo de las calculadoras y la publicación en 1654 del Traité du triangle arithmétique acerca del triángulo de Pascal y los coeficientes binomiales, donde también formuló el principio de demostración por inducción matemática. Los principios expuestos por Pascal permitirían a Leibniz y Newton realizar sus importantes avances.

No obstante, a partir de 1654 cuando se vuelve muy melancólico, ensimismado e introvertido y podemos señalar el comienzo de un ciclo más místico. Durante estos años contacta de manera directa con la abadía de Port-Royal donde el jansenismo comenzaría a influenciarlo enormemente.

Breve explicación del pensamiento de Pascal

La filosofía del renacimiento y  la modernidad tiene características que le son propias, esencialmente el rechazo al sistema intelectual medieval, la búsqueda de una metodología precisa que condujera a un conocimiento firme y seguro del universo y la preocupación por proclamar libertad religiosa, política y económica.
En la modernidad  aparecen proyectos filosóficos interesantes como el de Descartes y el de Pascal. Estas dos propuestas filosóficas se distancian una de la otra en muchos aspectos, pero hay elementos comunes entre ellas.

Para empezar, el objetivo de la filosofía de Descartes es establecer un fundamento metafísico, una teoría sobre la realidad que permita comprenderla y sobre la que sustentar los conocimientos científicos y matemáticos. Descartes aplica la duda metódica para comprobar si realmente los conocimientos considerados como verdaderos lo son. En cuanto al conocimiento sensible entiende que es muy poco de fiar y por ello rechazable: los sentidos nos engañan. Y en cuanto al conocimiento de las matemáticas también debemos dudar de su veracidad (Dios engañador). Desechando estos conocimientos llega Descartes a un principio totalmente claro e indudable: la realidad del pensamiento (Cogito Ergo Sum). Sobre el pensamiento y a través de las reglas del método se propone construir las realidades complejas.  

El método cartesiano como medio para descubrir toda la verdad que esconde el universo, apoyado únicamente en el pensamiento, le parecería a Pascal como una  mesa de dos patas, es decir, insostenible. Pascal no confía en un único camino para alcanzarla, sino que confía en todos.  Valora tanto la razón como el corazón, la ciencia como la religión, la poesía como la filosofía… Estos conducen a la verdad, aunque con lógica y mecanismos diferentes,  siendo la certeza, evidencia y firmeza de los resultados la misma.
Las diversas dimensiones del ser humano deben apoyarse las unas a las otras, pues en último término todas buscan lo mismo, pues todas forman parte del hombre. Pascal defiende que la misión tanto de la ciencia como de la religión es la misma: “dar a conocer el hombre al hombre”. Blaise Pascal es un hombre que se preocupó del hombre, y dedicó a su estudio prácticamente toda su vida.
Por otro lado, Pascal concibe la vida en un sentido verdaderamente trágico, pues la ve como tremendamente miserable en el sentido en que el hombre se encuentra arrojado en el mundo, sin conocer por qué ni para qué. Para Pascal es hombre se caracteriza por su debilidad, cualquier cosa puede acabar con él. Sin embargo, hay un aspecto que engrandece  al hombre aún más que el universo, pues éste último, a pesar de su infinita grandeza no es capaz de reconocer su naturaleza, pero el hombre, con todo y lo frágil que puede llegar a ser, reconoce su fragilidad por el pensamiento: “el hombre es una caña que piensa”. El hombre, además de comprender cómo es, se reconoce como punto medio entre el infinito y la nada, pues siendo realidad finita se encuentra suspendido entre dos infinitos: la grandeza y la pequeñez, el todo y la nada.

La grandeza de un hombre está en saber reconocer su propia pequeñez.

En conclusión, Pascal es un pensador claramente influenciado por la religión (búsqueda de Dios) que no se centra únicamente en un campo del saber sino que los abarca todos porque para él, el saber es el conocimiento de la verdad y todo el  hombre, en todas sus dimensiones, aspira a la verdad; aunque no pueda alcanzarla por completo por ser un ser finito.